Hablando de Libros
Comparto con ustedes algunos comentarios breves a modo de reflexiones sobre algunos libros que he leído recientemente.
La Montaña Mágica (Thomas Mann): Comenzó bien pero terminé aburriéndome. Entiendo por qué cuando apareció hace 100 años se convirtió en una especie de fresco de la Europa del Siglo XIX y una lectura aguda de todo lo que estaba sucediendo en la vida intelectual y espiritual del hombre europeo. Pero creo que nosotros estamos demasiado desencantados para el ritmo y la perspectiva de la novela. A ratos Mann logró subirme a la montaña pero al final las páginas y páginas sobre caminatas, paisajes, flores y reflexiones sobre la anatomía humana en la tumbona me hicieron difícil terminarla. En conclusión, entiendo por qué es un clásico pero siento que los años que han pasado nos hacen casi imposible ver el mundo como lo veía Hans Castorp.
El Proceso (Franz Kafka): Todavía no la supero, es uno de esos libros que voy a leer mil veces. Es absolutamente genial. Podría amanecer hablando de todo lo que Kafka plantea en la novela pero creo que en general hay 2 lecturas fundamentales: La más obvia es la del peligro y las amenazas del estado moderno, de la burocracia, de la cosificación del individuo y la pérdida de identidad. Cómo la degradación moral, la apatía y la indiferencia se enquistan como tumores en las instituciones y van contaminando todo como un cáncer hasta que nadie, ni los propios ciudadanos, pueden salvarse. Es una radiografía del modelo de estado y sociedad modernas que se sostiene sobre instituciones caducas que son incapaces de responder a los problemas de los individuos. Más relevante imposible. La otra lectura no es tan evidente pero fue la que quizás me impactó más, no sé si ustedes la compartan. En varios momentos hay referencias a elementos religiosos, a la condena, a la caída, a la culpa. Y la escena con el sacerdote en el que aparece el pasaje Ante la Ley se hace más evidente. Yo sentí que de algún modo El Proceso es una alegoría o una parábola sobre la condición humana. De algún modo todos nacemos culpables, nuestra existencia es de algún modo sospechosa, aunque no sepamos de qué, hay una especie de "falta de ser" que intuimos en todos nosotros. En ese sentido la vida misma es como un proceso, en el que aunque no hay tribunales ni jueces a los que dirigirse, sabemos que somos juzgados y que de algún modo tenemos que justificarnos o redimirnos. Cómo vivamos la vida, lo que hagamos con nuestro tiempo es lo que va a determinar nuestra sentencia, si morimos derrotados y ejecutados como K o logramos una especie de extensión o suspención de la condena. No sé si el judaísmo de Kafka haya tenido algo que ver, pero por lo que se lee en Ante la Ley pareciera que Kafka no creía en una absolución, en un final feliz. La vida en cierto sentido es una trampa, un proceso en el que no tenemos cómo defendernos y frente al cual eventualmente vamos a sucumbir. Una obra maestra...
Pedro Páramo y El Llano en Llamas (Juan Rulfo): Pedro Páramo me pareció intimidante, es un reto leerla y entrar en ese mundo de muerte, soledad y olvido. La novela me dejó con una sensación incómoda, pero me gustó. Desde el punto de vista literario me impresionó a veces, leyéndola pensaba que era imposible que jamás escribiera algo remotamente parecido a eso sin importar cuanto lo intentara. Creo que disfruté más los cuentos de El Llano en Llamas, aunque es el mismo universo temático fueron un poco más accesibles y diversos. Macario es una joya, de verdad me impresionó muchísimo en todo sentido. Es conmovedor, gracioso, triste y complejo, todo al mismo tiempo, en el lenguaje de una persona con evidentes limitaciones. Genial. Aunque nunca me ha llamado mucho la atención el llano me gustó muchísimo como al final todos los cuentos hablan sobre la vida, sobre las preocupaciones y temores que todo el mundo tiene con ese enfoque crudo, directo, simple y a veces ingenuo de la gente del llano. Es como una invitación a pensar lo que ya has pensado desde una perspectiva distinta.
Juventud (J.M Coetzee): Es una autobiografía novelada sincera, cruda y a veces desgarradora, especialmente porque sabes que todo es verdad. Cualquier persona que haya intentado o está intentando ser artista y vivir de la música, la literatura o algo parecido, debería leerlo. Me pegó particularmente porque Coetzee se va de Sudáfrica para ir a Londres e intetar ser escritor. Hace 2 años yo estuve por allá con mi banda intentando vivir de la música y es increíble que 50 años después, dos personas de orígenes tan diferentes como él y yo, hayamos tenido sensaciones tan parecidas sobre una ciudad dura, que te impone el anonimato más absoluto y que te hace ganarte cada día que permaneces en ella.
Crimen y Castigo (Fyodor Dostoievski): Había leído Los Hermanos Karamazov pero nunca esta novela. Si bien es cierto que en "Los Hermanos Karamazov" Dostoyevski alcanza alturas y profundidades que no logra en Crimen y Castigo, también me pareció más redonda, más lograda, sin excesos. Lo que más me impresionó fue la historia, creo que es una de las mejores historias que he leído en una novela. La trama, los personajes, los giros, los desenlaces y como se conjugan te hacen imposible dejar de leer. De hecho lo que más me impresionó es que la novela no tiene demasiado monologos interiores, los hay, pero la mayoría de la novela no transcurre en el plano psicológico, sino en la historia, TODO es la historia, y está tan bien contada y armada que la agudeza, la profundidad y la complejidad encuentran sus espacios en los momentos necesarios. Creo que hizo un antes y después en mi forma de concebir historias, personajes y cómo manejar esos engranajes, es alucinante. Seguro está entre las mejores novelas que he leído jamás. En comparación, aunque los Karamazov tiene al Gran Inquisidor y varios momentos inolvidables, es más dispersa y excesiva, típico de las novelas de más de mil páginas.
El Proceso (Franz Kafka): Todavía no la supero, es uno de esos libros que voy a leer mil veces. Es absolutamente genial. Podría amanecer hablando de todo lo que Kafka plantea en la novela pero creo que en general hay 2 lecturas fundamentales: La más obvia es la del peligro y las amenazas del estado moderno, de la burocracia, de la cosificación del individuo y la pérdida de identidad. Cómo la degradación moral, la apatía y la indiferencia se enquistan como tumores en las instituciones y van contaminando todo como un cáncer hasta que nadie, ni los propios ciudadanos, pueden salvarse. Es una radiografía del modelo de estado y sociedad modernas que se sostiene sobre instituciones caducas que son incapaces de responder a los problemas de los individuos. Más relevante imposible. La otra lectura no es tan evidente pero fue la que quizás me impactó más, no sé si ustedes la compartan. En varios momentos hay referencias a elementos religiosos, a la condena, a la caída, a la culpa. Y la escena con el sacerdote en el que aparece el pasaje Ante la Ley se hace más evidente. Yo sentí que de algún modo El Proceso es una alegoría o una parábola sobre la condición humana. De algún modo todos nacemos culpables, nuestra existencia es de algún modo sospechosa, aunque no sepamos de qué, hay una especie de "falta de ser" que intuimos en todos nosotros. En ese sentido la vida misma es como un proceso, en el que aunque no hay tribunales ni jueces a los que dirigirse, sabemos que somos juzgados y que de algún modo tenemos que justificarnos o redimirnos. Cómo vivamos la vida, lo que hagamos con nuestro tiempo es lo que va a determinar nuestra sentencia, si morimos derrotados y ejecutados como K o logramos una especie de extensión o suspención de la condena. No sé si el judaísmo de Kafka haya tenido algo que ver, pero por lo que se lee en Ante la Ley pareciera que Kafka no creía en una absolución, en un final feliz. La vida en cierto sentido es una trampa, un proceso en el que no tenemos cómo defendernos y frente al cual eventualmente vamos a sucumbir. Una obra maestra...
Pedro Páramo y El Llano en Llamas (Juan Rulfo): Pedro Páramo me pareció intimidante, es un reto leerla y entrar en ese mundo de muerte, soledad y olvido. La novela me dejó con una sensación incómoda, pero me gustó. Desde el punto de vista literario me impresionó a veces, leyéndola pensaba que era imposible que jamás escribiera algo remotamente parecido a eso sin importar cuanto lo intentara. Creo que disfruté más los cuentos de El Llano en Llamas, aunque es el mismo universo temático fueron un poco más accesibles y diversos. Macario es una joya, de verdad me impresionó muchísimo en todo sentido. Es conmovedor, gracioso, triste y complejo, todo al mismo tiempo, en el lenguaje de una persona con evidentes limitaciones. Genial. Aunque nunca me ha llamado mucho la atención el llano me gustó muchísimo como al final todos los cuentos hablan sobre la vida, sobre las preocupaciones y temores que todo el mundo tiene con ese enfoque crudo, directo, simple y a veces ingenuo de la gente del llano. Es como una invitación a pensar lo que ya has pensado desde una perspectiva distinta.
Juventud (J.M Coetzee): Es una autobiografía novelada sincera, cruda y a veces desgarradora, especialmente porque sabes que todo es verdad. Cualquier persona que haya intentado o está intentando ser artista y vivir de la música, la literatura o algo parecido, debería leerlo. Me pegó particularmente porque Coetzee se va de Sudáfrica para ir a Londres e intetar ser escritor. Hace 2 años yo estuve por allá con mi banda intentando vivir de la música y es increíble que 50 años después, dos personas de orígenes tan diferentes como él y yo, hayamos tenido sensaciones tan parecidas sobre una ciudad dura, que te impone el anonimato más absoluto y que te hace ganarte cada día que permaneces en ella.
Crimen y Castigo (Fyodor Dostoievski): Había leído Los Hermanos Karamazov pero nunca esta novela. Si bien es cierto que en "Los Hermanos Karamazov" Dostoyevski alcanza alturas y profundidades que no logra en Crimen y Castigo, también me pareció más redonda, más lograda, sin excesos. Lo que más me impresionó fue la historia, creo que es una de las mejores historias que he leído en una novela. La trama, los personajes, los giros, los desenlaces y como se conjugan te hacen imposible dejar de leer. De hecho lo que más me impresionó es que la novela no tiene demasiado monologos interiores, los hay, pero la mayoría de la novela no transcurre en el plano psicológico, sino en la historia, TODO es la historia, y está tan bien contada y armada que la agudeza, la profundidad y la complejidad encuentran sus espacios en los momentos necesarios. Creo que hizo un antes y después en mi forma de concebir historias, personajes y cómo manejar esos engranajes, es alucinante. Seguro está entre las mejores novelas que he leído jamás. En comparación, aunque los Karamazov tiene al Gran Inquisidor y varios momentos inolvidables, es más dispersa y excesiva, típico de las novelas de más de mil páginas.
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