El gran robo SIM

Hace unos días publiqué el enlace a un excelente reportaje que analizaba en detalle el conflicto con ISIS y la amenaza que representa como organización para la cultura occidental y algunos de sus valores esenciales: libertad, justicia y el reconocimiento de los derechos humanos y civiles.

Esta vez voy a publicar una investigación, tan brillante como aterradora, que expone el conflicto que tal vez defina el siglo XXI: los individuos versus la vigilancia global por parte de los estados. Una amenaza más inmediata que ISIS y con mayor alcance que deja en evidencia el doble estándar, la corrupción moral y la hipocresía de gobiernos que se definen a sí mismos como democráticos mientras operan en secreto para violar con impunidad derechos fundamentales de ciudadanos en todas partes del mundo.

Independientemente de la posición que cada uno tenga respecto a este tema, lo importante es que haya una discusión y no se tomen decisiones tan importantes a espaldas de la gente. Porque estos programas de espionaje, que analizan prácticamente todos los datos que existen sobre nosotros y tienen la capacidad de utilizarlos en formas que no somos capaces ni de imaginar, podrían cambiar el mundo como lo conocemos.

No cabe duda de que en tiempos como estos, el trabajo de periodistas comprometidos con la verdad es una de las cosas más valiosas que tenemos.

Antes de compartir el enlace traduzco algunos de los párrafos iniciales: 

"Espías norteamericanos y británicos hackearon la red interna de la compañía frabricante de tarjetas SIM más grande del mundo, robando claves de encriptación utilizadas para proteger la privacidad de comunicaciones celulares a lo largo del globo, según documentos ultra secretos entregados a The Intercept por Edward Snowden, delator de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA). 
El hack fue perpetrado por una unidad conjunta de operativos de la NSA y su homóloga británica GCHQ. La violación, detallada en un documento secreto de la GCHQ del año 2010, le dio a las agencias de vigilancia el potencial para monitorizar en secreto grandes porciones de las comunicaciones celulares del mundo, incluyendo voz y datos.

El objetivo de las agencias de inteligencia, Gemalto, fue una firma multinacional de Holanda que fabrica los chips utilizados en teléfonos celulares y tarjetas de crédito de próxima generación. Entre sus clientes se encentran AT&T, T-Mobile, Verizon, Sprint y unos 450 proveedores de redes inalámbricas en todo el mundo. La compañía opera en 85 países y tiene más de 40 plantas de manufactura. Una de sus tres sedes regionales está en Austin, Texas y tiene la fábrica más grande en Pennsylvania. 

En total, Gemalto produce unos 2 billones de tarjetas SIM al año.Su lema es "Seguridad para ser Libres".

Con las claves de encriptación robadas, las agencias de inteligencia pueden monitorizar comunicaciones móviles sin pedir ni recibir aprobación por parte de compañías de telecomunicaciones y gobiernos extranjeros. Poseer las claves también les permite esquivar la necesidad de tener una orden o intervenir teléfonos, sin dejar rastros en las redes del proveedor de que las comunicaciones fueron interceptadas. El robo de las claves en grandes cantidades les permitió a las agencias de inteligencia decodificar comunicaciones previamente encriptadas que habían interceptado, pero que no tenían la habilidad de descifrar."

Pueden leer el artículo en su totalidad aquí: https://firstlook.org/theintercept/2015/02/19/great-sim-heist/


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