La Paz y el día de la paz

 

“Aquel que hace una bestia de sí mismo se libera del dolor de ser un hombre”
Dr. Johnson
 
Hunter S. Thompson, alias Raoul Duke. The Attorney, alias Dr.Gonzo. Un periodista y su abogado. Un convertible rojo y un techo blanco. A 150 kilómetros por hora, atravesando el desierto. Las Vegas: El sueño americano invertido. Degradación absoluta. Dinero fácil, lujo y excesos. Sexo sin amor, alcohol mucho alcohol. Drogas, muchas drogas. Ron y un poco de éter. Matrimonios arreglados. Reptiles, mentiras y engaño. Anguilas y corrupción. Armas y disparos. Motos y carreras. Nubes de polvo. Dinero, mucho dinero. Un bar. Perdedores y fracasados. Sueños no cumplidos, esperanzas imposibles. Sports Illustrated. Prostitutas y borrachos. Mentiras y desilusiones. Paranoia y policías. Convenciones. LSD. Conferencias y abogados. Habitación a prueba de sonido. Una Magnum y un cuchillo. Un conejo blanco. Un rociador de pimienta. Una radio. Murciélagos y otras alucinaciones. Indigencia, insomnio mucho insomnio.
 
Alguna vez todo tuvo sentido, alguna vez significó algo. Alguna vez tuvimos un sueño. En él los justos ganaban y la verdad triunfaba. Se hacía la paz y no la guerra. Se derrumbaban las mentiras. Y podíamos ganar, teníamos que hacerlo. Porque era lo correcto, porque éramos los buenos. Porque el Universo tenía que quererlo, porque teníamos razón. Porque las cosas tenían que cambiar, porque el mundo podía ser diferente y era nuestro. Nuestra responsabilidad era transformarlo y convertirlo en todo lo que podía ser. Lo que estaba destinado a ser. Y éramos nosotros. Éramos Historia, éramos El Destino.
 
Pero nunca llegó el sueño y sí el fracaso. La decepción y la embriaguez de la derrota. La destrucción de la esperanza y las ilusiones rotas. Perdimos, no lo hicimos. Perdidos en el éxtasis del triunfo anticipado, en el delirio de la victoria anhelada. En orgías y rituales. Fucking hippies. Perdimos, no pudimos. Ahora nos arrastramos. Todo está manchado y arruinado, los sueños contaminados. No hay arriba y no hay abajo. No hay sentido. Ya no hay nada. Ellos ganaron. El mundo es suyo, ahora y para siempre. Porque tenemos miedo, porque ahora sabemos que siempre es posible fallar y caer en el abismo.
 
No puedo cambiarlo, pero no tengo que aceptarlo. Y seré la encarnación de esta deuda, el recuerdo de nuestro fracaso. Me rebelaré en la bestia y seré su brazo de aniquilación. Probarlo todo, destruirlo todo. Nada es verdad, todo está permitido. Especialmente para nosotros, las manos del error. Soy el bufón, soy el juego. Si no hay un camino los viviré todos y los arrasaré todos. Mi autodestrucción será su condena. Si todo se hunde no habrán triunfado. Miedo y asco, lo único que queda es miedo y asco.
 
Raoul Duke, en algún lugar de algún desierto...

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