El Magnetizador

 

Leyendo un excelente artículo escrito por Milagros Socorro titulado "El Mal", recordé un impresionante (y espeluznante) pasaje de Goethe que leí en el maravilloso libro de Rudiger Safranski "El Mal o El Drama de la Libertad". En él, Goethe explica que cada cierto tiempo, y a lo largo de la historia, aparecen hombres que sirven como receptáculos de lo demoníaco, y que a través de ellos, El Mal encarnado ejerce su terrible influencia sobre la humanidad. En aquel entonces, Goethe lo escribió pensando en Napoleón, pero más tarde la historia le daría nuevamente la razón con la llegada de  figuras como Hitler. Aquí publico el fragmento, originalmente publicado en la autobiografía de Goethe "Poesía y Verdad", esperando que las señales y los presagios que hoy anuncian para Venezuela tiempos de gran oscuridad, desolación y el más profundo odio, no sean más que una terrible coincidencia.

“En la forma más terrible en que aparece lo demoníaco es cuando se manifiesta en un ser humano. En el curso de mi vida he tenido la oportunidad de observar, ya sea de cerca o de lejos, varios de estos casos. No siempre se trata de hombres con mentes superiores o talento, y rara vez se encomiendan a sí mismos a la bondad de su corazón. Sin embargo, una tremenda fuerza irradia de ellos; poseen un poder enorme sobre otras criaturas e incluso sobre los elementos; nadie puede precisar hasta dónde llegará su influencia. Todas las fuerzas morales unidas no pueden prevalecer contra ellos. En vano la parte más lúcida de la humanidad los acusará de ser engañados o de engañar a los demás; las masas siempre son atraídas hacia ellos. Rara vez o nunca pueden encontrarse contemporáneos del mismo tipo, y nadie puede vencerlos, excepto el Universo mismo al cual han desafiado a un combate.”

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