La nada en mi
La tendencia a fijar es una respuesta a la amenaza del cambio. La movilidad es posibilidad y contingencia; se parece demasiado al azar y a la nada. El mero asomarse a este abismo, sentirlo de cerca y resistir la atracción de su vacío nos desgarra el espíritu. La amenaza nos quiebra, penetra en nosotros y nos arroja a la angustia. Carecer de estabilidad y de raíces se convierte en duda, en una incertidumbre que ha quedado desierta al borde del colapso. La amenaza ha mordido mi identidad: dudo de quien soy, de lo que he hecho, de lo que siento y de mi valor. La duda me cuestiona, me señala y me juzga. Ni yo mismo soy un lugar seguro, todo se mueve transformado en apariencia. Me ha herido la lanza del miedo: Temo y tiemblo, porque no soy nada, no conozco el mundo y todo me es extraño. Y en este estado de desesperación soy yo quien sufre, quien padece el arrojo al abismo. Lo fatal no es la pérdida de todo, sino la lucha por aferrarme a algo antes de desintegrarme desquiciado para siempre. En esta lucha se me van las fuerzas pero es mi única esperanza, me he abrazado a ella a la espera del fin o a la vuelta del mundo. Mi vida es ese abrazo, mi vida es esa espera y esa lucha en la angustia poseído por un miedo que me asoma al abismo en el que siempre es posible caer. Existir es rebelarse a la amenaza y abrazar la esperanza aun cuando todo haya sido devorado por la nada. Sufrir la duda es resistir, y es eso, amigo mío, lo que significa vivir.
Comentarios
this resistance, the struggle, that i know so well, we fight to hold on, to grasp our-self, as we think that this individual is what we are and that the abyss is that which threatens us.
but,
we are the abyss also. that is our paradox, the finite being that can see infinity (but cannot know it).