La Banalidad No Es Nuestra Culpa

 
 
El asunto requiere extrema sinceridad. Si usted no puede ser completamente honesto y transparente, al menos dentro de los confines de su mente, le aconsejo que no siga leyendo. Lo que viene a continuación es un ejercicio de confesión y de reconocimiento exhaustivo con la misión de exponerlo y desnudarlo frente a todos. Yo también me incluyo, pero estoy dispuesto hacerlo. Yo tomé mi decisión, haga usted la suya. Muy bien. Ahora que todos estamos de acuerdo podemos empezar, y como he sido yo el que ha realizado la convocatoria creo que debo inaugurar el discurso. No creo que tengan problema alguno con esto siendo ustedes tan racionales y lógicos. Así que sin más rodeos voy a comenzar. 
Sinceramente, es más fácil no hacer nada. Es más sencillo dejarse llevar, consumar el reposo y evitar la actividad. Es más fácil quedarse acostado que levantarse y más cómodo seguir de largo que detenerse a dar paso. Es más fácil inventar alguna mentira que asumir las consecuencias de la verdad y mucho más sencillo ver televisión que leerse un libro. Es más sabroso ser predecible, y hasta un poco aburrido, que una persona dinámica y activa. Por esto, estando seguro de hablar por todos, es indispensable una organizada rutina que nos proteja de tanta decisión y esmero. De hecho, la eterna justificación universal de la tecnología es que ha hecho la vida más fácil y cómoda. Parece, sin lugar a dudas, que ese es nuestro objetivo. ¿Por qué? Bueno, sin temor a equivocarme y diferir con ustedes, me atrevería a decir simplemente porque es más fácil. Es decir, es más fácil que la vida sea fácil. Y precisamente eso es lo que todos queremos. Recuerde entonces que es un ejercicio de sinceridad, no se recrimine ni se sienta culpable.

Observe que mi argumento apunta más bien a que no es culpa suya y tampoco de nosotros. Sino que es un problema de naturaleza. La responsabilidad está en otro lado. Usted es lo que es y evidentemente no puede evitarlo. Su propia esencia lo traiciona y debe luchar, en caso de quererlo, para convertirse en otra cosa. De usted depende llegar a ser lo que es, pero definitivamente eso suena a algo sumamente tedioso. Suena a esfuerzo, a lucha, a decisión, a sacrificio, a cambio, perseverancia y dolor. Demasiado oscuro e inseguro, demasiada profundidad y reflexión. Sangre, sudor y lágrimas. Así que mejor dediquémonos a contemplar nuestra deficiente desnudez como lo que es: Esencia y naturaleza. No se justifiquen porque no hace falta, nadie nos puede señalar. Además, ¿Quién quiere trascendencia? ¿Quién quiere profundidad y transformación? Que levante la mano el que esté dispuesto a trabajar por un cambio. ¡Ninguno!. Es que, honestamente, ¿qué más podemos pedir? ¡Tenemos aire Ipods, televisión real, Internet y hasta robots que suben escaleras! Y muy pronto tendremos esa nevera que nos dice cuándo hay que hacer mercado. ¡Imagínense! ¡Ya no hay que pensar! Con el crecimiento económico producto de la globalización y la opulencia siempre creciente del capitalismo vamos a poder comprar cada vez más cosas. Absolutamente todo, ¡hasta lo que no necesitamos! Vamos a colapsar el mercado, vamos a comprar hasta sus almas. “Vendo ideas”, “¡La compro!”. Si podemos, ¿por qué no? ¿No estaba destinado el hombre a ser “amo y señor de la naturaleza”?. ¿No era esa la promesa de la ciencia moderna? Pues aquí estamos, queremos lo nuestro.

De qué me sirve pensar, comprender el mundo o entender el sistema. Para qué preocuparnos por la política si está demostrado que los gobiernos son cada vez más eficientes y todos somos un poco más ricos. En algún momento resolverán el problema de la mala distribución. Mientras estamos aquí conversando ellos se están ocupando de eso, no se preocupen. Tampoco se preocupen por la supuesta “decadencia moral” de nuestra época, no son más que miedos y reproches de los que se oponen al progreso. El cambio siempre produce temor y es normal que se esfuercen en tratar de mantener sus valores en riesgo. Que por cierto, sin querer hablar de más, tienen sus raíces en la iglesia de la inquisición y del abuso de poder. Son los mismos manipuladores de siempre que mantuvieron a la humanidad hundida en un atraso para continuar dominando. Allá ellos con sus delirios y sus inventos. Quiero pruebas científicas de la existencia del alma y de que Jesús no tuvo hijos en un documental del Discovery Channel. Quiero ver los estigmas del Padre Pío y los milagros de los santos. Es que todo eso ya pasó de moda, lo de hoy es ser agnóstico. Mejor leéte el Código Da Vinci y te persignas en la noche por si acaso. Jesús en realidad fue el primero revolucionario. ¡Con estas cosas no se juega! Ya basta de tanto engaño, tuvieron su tiempo y miren en dónde terminamos. Esta es nuestra era, la del progreso, la de la ciencia, la de la razón y la conciencia. Hablemos de física cuántica, de agujeros negros y de libre mercado. Háblame de comodidad y de dinero. Esto es mercadeo: véndete y compite. Y nada de misterios, nada de cuentos ni de Espíritu Santo. No me toques esa tecla porque no lo acepto. De todos modos voy a misa los domingos y maldigo al que me pide paso. Yo rezo mi padre nuestro y me buceo a la tipa de al lado. Con mi religión no te metas. Bastante trabajo nos costó convertirla en un accesorio moral calla conciencias. No nos pidas que comprendamos la inefable complejidad de la palabra “Dios”, Él nos acepta como somos y con lo que tenemos. Si el mundo es así por algo será. No nos vengas con sermones y “reflexiones”. Ahórrate tu Nietzsche y tu nihilismo que estamos viendo American Idol. Olvídate de Heidegger que es la hora de la “Red carpet” en E! Entertaiment. Deja la pensadera que va a comenzar Desperate Housewives. Deja la amargura y pon Sony. Por eso estás así. Todo el día preocupado y estresado por la crisis, por la decadencia, la superficialidad y el materialismo. Que si los niñitos con celular a los 5 años y las lolas de silicona a los 15. Y dale con el plutonio de Irán y los brotes de xenofobia en Europa. Eres insoportable. Y dale con el fundamentalismo cristiano de Bush contra el Jihad islámico y tus teorías de conspiración gubernamental.
 
Francamente, siempre ves algo negativo en todo. Tú no sabes lo que es pensar. La cuestión no es preguntarse por el sentido de la vida. Lo importante es hacer rial. El asunto no es si está bien o no que tu hijo pida un celular sin necesitarlo, sino que tu también puedas comprárselo. El problema no es si tienes alma o no, sino si vas a Miami estas vacaciones. El debate no es si Cristo existió o no, sino que vas a hacer en Semana Santa. Todo es tan simple y tú lo complicas todo. La vida es fácil, recuerda que fue lo que decidimos. Aquí ya no importa nada de eso, relájate y disfruta. Emborráchate, monta cacho, hazte unas mechas y métete en un gimnasio, quizás hasta te llamen metrosexual. Recuerda a Cesar Augusto, que ese si se lleva bien con su papá, y toma nota sobre como hay que tratar a tus hijos. Ahora eres libre, todo está permitido y todo es igual. Aquí los curas se casan y tienen hijos y todavía puedes llamarlo padrecito. Sandunguea y deja la quejadera. Muerte a Mozart y vida al reggaetón. No sé cómo no lo habías visto antes, por qué te habías resistido si aquí todo es tan fácil y divertido. Sin remordimientos ni complejos, todo es relativo y subjetivo. Vive como quieras que aquí no hay criticismo. Raciocinio el de la ciencia para vendernos nuevos aparatitos. Piensa para producir, no para enrollarte. Míranos a nosotros, aquí vivimos y qué felices somos todos. Te lo dije cuando entraste, esto es un paraíso. Termina de sentarte que ya te veo convencido.
 
En fin, así quería verlos a todos, en regocijo y orgullosos. Me alegra que con este ejercicio de sinceridad hayan definido su posición y que de una vez por todas les haya quedado claro como es que hay que vivir en esta vida. Que nadie los deprima o me los ponga a pensar. Recuerden que para hacer eso ya le pagamos a otros. Mejor vámonos a la casa y que ellos decidan el destino del mundo. Que el dolor y la tragedia lo resuelvan los asalariados que se encargan de nosotros y que esas mismas manos de siempre resuelvan los problemas de todos. A mí que me dejen con mi Guerra de los Sexos. ¡Sensacionaaaaaaaaal!

Comentarios

Ana Isabel ha dicho que…
uno de mis favoritos...
yeisi ha dicho que…
yo también estoy enamorado de ti...

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